La Cooperativa Creciendo Juntas es la primera empresa recuperada por mujeres en la provincia de la Rioja. Fue en 2011 cuando los dueños de la textil les comunicaron que se venía la quiebra. Ellas se quedaron y respondieron con dos meses de acampe. Ya llevan cinco años de lucha autogestiva.
“De las 28 empleadas, quedamos 17. Nosotras vimos que la única forma de pelearla era desde una construcción colectiva”, señaló Elsa Vega, titular de la cooperativa.
“De ser operarias tuvimos que acostumbrarnos a ser dueñas de nuestra empresa y a tomar decisiones; también nos equivocamos y de esos errores aprendimos mucho. Estas son las cosas que le dan nombre a nuestra lucha: realmente crecemos y luchamos juntas”, dijo Vega.
De forma simultánea, las cooperativistas comenzaron a participar en la lucha por los derechos laborales de las mujeres, con una clara conciencia de las complejidades que viven las mujeres trabajadoras textiles en toda Latinoamérica.
Actualmente, son 16 asociadas, más 15 aspirantes a integrar la cooperativa. Cuentan con un local a la calle donde vender la producción propia y fabrican más de tres mil camisas de vestir mensualmente. “Nuestro trabajo está cada vez más consolidado. Siempre estamos capacitándonos y cada vez producimos más”, celebró.
El objetivo a corto plazo –anunció- es avanzar con la creación de un polo textil riojano, donde las cooperativas puedan comercializar de forma conjunta.
Vega confió en que un sector del empresariado argentina apuesta a la industria nacional: “No todos quieren destruir lo construido. El pequeño empresario sabe cómo fueron los 90, no quiere volver a pasar por eso. Hay mucha conciencia y se intenta comprar materia prima nacional para mantener la producción y las fuentes de trabajo. Pero sabemos que sin un Estado que respalde será complicado”.
Y agregó: “Nos preocupa que se abra indiscriminadamente el mercado y las empresas locales no podamos trabajar. La apertura a la importaciones nos saldrá muy cara”.
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